Petra: el enigma revelado

Hace más de un siglo Petra era una ciudad perdida, olvidada por el mundo y oculta por el tiempo. Hoy la antigua capital del reino nabateo, pueblo nómada árabe, es reconocida como una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno gracias a su riqueza arqueológica y cultural.

En el sur de Jordania se extiende el desierto de Wadi Rum que ocupa los últimos lindes de este país de Oriente Medio hasta adentrarse en Arabia Saudita. A sus puertas, en un valle de la región montañosa de Edom, se encuentra la ciudad de Petra o de piedra, como indica su traducción del latín.

Excavada y esculpida en piedra, representa un importante enclave arqueológico, cultural y turístico que guarda la historia de antiguos imperios y pueblos a unas 3 horas en vehículo desde la capital jordana, Amman.

Según los registros fue fundada por los edomitas, descendientes del personaje bíblico Esaú, hacia finales del siglo VII antes de Cristo. Luego sería ocupada en el siglo VI a. de C por los nabateos, de quienes se tiene mejor documentación.

Sin embargo, hasta hace más de un siglo era un gran enigma para Occidente, que quedó revelado en 1812 tras la inquietud del explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt.

Capital del imperio nabateo
Entre los pocos datos históricos que han ayudado a estructurar la historia de Petra destacan los grabados en las paredes de arenisca de esta ciudad, los cuales marcan las etapas en la construcción de sus monumentos y demuestran cómo esta capital del brillante imperio del rey nabateo Aretas IV (9 a.C. a 40 d.C ) prosperó en su momento.

Las estructuras son una muestra del ingenio de los nabateos, maestros en el desarrollo de tecnologías para el transporte del agua a través de la construcción de grandes túneles y cámaras. Este pueblo prosperó gracias a su situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria, Arabia y el sur del Mediterráneo.

Sin embargo, hacia el siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos, condujeron al abandono de la ciudad y así poco a poco esta urbe de piedra fue olvidada al arribar la Era Moderna.

Al descubierto por Burckhardt
Para 1812 el explorador suizo Jean Louis Burckhardt inició una gran aventura hacia el Oriente. Disfrazado de árabe siguió la ruta entre Damasco y Egipto, pasando por Jordania. Al escuchar que en las afueras del pueblo de Wadi Moussa había una fortaleza natural y unas ruinas extraordinarias, se inquietó por ir a conocerlas y pidió a un guía que le llevara. En el recorrido se topó con la fachada rojiza de un elaborado edificio de 30 metros de altura tallado delicadamente en la roca, se sintió maravillado y continuó caminado hasta encontrarse en la calle principal de lo que identificó como Petra, la capital perdida de la Arabia Pétrea.

Burckhardt dio el primer paso para las exploraciones que luego continuarían realizándose en Petra y propagó la noticia sobre la ciudad de piedra entre los occidentales instalados en Oriente y en Egipto. Sus investigaciones fueron publicadas en el libro “Travels in Syria and the Holy Land”, del 1823, cinco años después de su muerte.

Maravilla del mundo
Actualmente, viajar a la cuidad de Petra es conocer uno de los grandes Patrimonios de la Humanidad, así quedó establecido en 1985. Además, es dejarse cautivar por una de las Siete Maravillas del Mundo, reconocida como tal desde el 2007.

Sus numerosos edificios con fachadas esculpidas directamente en la roca forman un conjunto monumental único. Está embutida entre pasadizos y rocas empinadas, y para acceder hay que pasar por el Siq, un cañón de más de un kilómetro de longitud, 200 metros de altura y poco más de dos metros de ancho. Una ciudad turística imperdible que con sus ruinas y geología se ha convertido en un destino maravilloso para todos los que gozan de observar la historia antigua.

Entradas populares de este blog

Propósitos del 2012

Comunicación Propósitiva: mi comunicación

Apuntes para un Plan Estratégico de Comunicaciones