El segundo hogar de Baccarat

La última boutique abierta bajo el sello Baccarat es una mezcla de tradición, exquisitez y lujo. Un espacio creado para los moscovitas que estrecha la larga tradición comercial que estos artesanos franceses del cristal tienen desde sus inicios con la alta sociedad rusa.

En Rusia, en la calle Nikolskaya en pleno centro de la ciudad de Moscú, está la casa de Baccarat, un impactante palacete a tan solo unos pasos de la Plaza Roja. Antigua sede de una farmacia, hoy es un edificio emblemático de la ciudad por su chimenea en forma de flecha y su gran reloj que lo hacen visible desde todo el centro de la capital. Una mansión de dos niveles que ofrece una fachada imponente y un interior al más puro estilo Baccarat.

Inspiración del diseñador
Nuevamente el diseño recayó en el afamado Philippe Starck, quien ha trabajado para la firma
en varias ocasiones y siente que Baccarat es una fuente de inspiración magistral. Para él, “la
esencia de Baccarat es un mundo de ilusión, son originarios de la purpurina de la luz sobre las facetas del corte del cristal”. Esto lo llevó a “soñar con un palacio de cristal donde todo es posible”.

Ante el nuevo reto, inmediatamente vio la manera de dar vida a un lugar cargado de recuerdos
impregnándole la ilusión que la famosa marca de lujo evoca. Aprovechando la estructura base de
paredes altas y grandes ventanales, concluyó que “la interacción de la luz y el cristal se convierte en mental y poética, es un juego en el que todo es relativo y que se corresponde perfectamente con la actitud que me gusta en la vida, esa profunda comprensión de que todo lo que es relativo se convierte en un modo supremo de amor y de sueños”. Así el diseñador transformó las instalaciones de la vieja botica y su laboratorio en acogedores, esplendorosos y lujosos salones.
La esencia del hogar
Los salones de la planta baja se han convertido en una exquisita expresión de decoración que,
junto a las colecciones de iluminación de Baccarat, forman una estupenda exhibición.

El ambiente es brillante, con un acentuado contraste que llega a través de sofisticados muebles
de diseño, espejos, ventanales y una gran mesa con base de cristal que se integra a toda la colección de decoración para el hogar de esta firma. Los muebles de la boutique son creaciones del propio Starck, quien aprovechó la colección de lámparas y las colocó en perspectiva. En la galería, una mini tienda presenta una selección de artículos Baccarat para comprar como prueba tangible de una visita a este excepcional lugar.

En el corazón de esta magnífica mansión, en el segundo piso, está el Salón de Cristal. Un verdadero espacio de vida donde el diseñador ha conservado la elegante estructura y ha dado un toque de modernidad y audacia a través de la decoración y el mobiliario especialmente creado por él.

La estancia es a la vez un restaurante que sirve cocina francesa inspirada en los sabores de Rusia. Los encargados son David Desseaux y David Hemmerlé, pertenecientes a la nueva generación de chefs de Moscú, quienes acompañados de una veintena de empleados ofrecen una amplia gama de platos nombrados con creaciones de Baccarat. El menú se modifica dependiendo de la temporada y los platos se preparan con una exigente selección de productos importados de
Francia y Europa. Los maridajes son sugeridos por la sumiller Nathalia Kurnosova, quien ofrece
una lista de grandes vinos y cavas e invita a disfrutarlos en finas copas de Baccarat.

Un pacto sellado
A lo largo de la historia los rusos se han deslumbrado con los reflejos y la transparencia de los cristales de Baccarat. Incluso en 1867, cuando el Zar Alejandro III visitó la Exposición Universal de París, se sintió fascinado por las piezas que allí se presentaron.

Con el paso del tiempo el representante de Baccarat viajaba periódicamente a Rusia para atender a su clientela, era un personaje en la corte, recibido con honores diplomáticos y festejado por las mejores familias. Muchos príncipes y miembros de la corte encargaron piezas a la firma francesa y llenaron sus palacios de candelabros, servicios de tocador, espejos o frascos de perfume.

La apreciación de los rusos por el cristal ha permanecido y esta firma francesa ha tratado de volver a casa abriendo las puertas de esta especial “embajada” que es un referente dentro de la vida de Moscú.
Con este primer espacio Baccarat queda sellado el pacto de fidelidad que desde siempre la firma mantiene con la alta sociedad rusa.

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