El puente hacia las estrellas

Considerado el puente más alto del mundo, el Viaducto de Millau, en el sudeste de Francia, es mucho más que una solución de ingeniería terrestre. Sus creadores quisieron demostrar al mundo que la tecnología industrial puede ofrecer un destino singular para los amantes de las obras civiles.

Los 343 metros de altura del Viaducto de Millau superan en aproximadamente 20 metros a la Torre Eiffel, que desde siempre ha sido uno de los emblemas de Francia. Este gigante, construido en el departamento de Aveyron en el sudeste de Francia, prácticamente duplica la altura del que hasta el 2004, año de su inauguración, era el puente más alto del mundo, el Europabrücke, en Austria.
El viaducto se levantó para dar continuidad a la autopista A75 que une Paris con la ciudad de Béziers, atravesando la ciudad de Clermont–Ferrand, localidades separadas entre sí por una distancia de 342 kilómetros.

Con siete impresionantes pilares, esta revolucionaria obra se funde con el increíble paisaje de la Gran Meseta Caliza. Su diseño arquitectónico evoca a una mezcla de un parque de atracciones y una catedral, ofreciendo como ingredientes únicos la belleza de su estructura y las aplicaciones tecnológicas.
Una gran historia
La construcción esconde una gran historia. Desde su concepción hasta su finalización cientos de hombres han sumado su energía e ingenio para participar en esta obra única. En diciembre del 2001 se colocó la primera piedra. El 20 de octubre de 2003 terminó la construcción del pilar más alto del mundo: el P2, que alcanza una altura de 245 metros. En mayo del año siguiente, dicho sostén se unía mediante un empalme al pilar P3. Para el 14 de diciembre del 2004, tras 36 meses de trabajos de construcción, quedó inaugurado el puente más alto del mundo.

La empresa constructora que obtuvo el contrato para construir el viaducto fue la Compagnie Eiffage du Viaduc de Millau. El consorcio constructor estuvo compuesto por la compañía Eiffage TP para la secciones de hormigón, la compañía Eiffel para el tendido de los tramos de acero y la empresa Enerpac que fue la encargada de los soportes hidráulicos de la autovía. El grupo de ingeniería Setec asumió responsabilidades en el proyecto, mientras que SNCF tuvo control parcial del mismo.

El diseño conceptual y estructural original del puente es obra del francés Michel Virlogeux; mientras que los arquitectos responsables de los aspectos estéticos de la obra fueron de la empresa británica Foster and Partners, liderados por Norman Foster. Junto a los anteriores, estuvo la firma de ingeniería holandesa Arcadis, responsable del diseño técnico del viaducto.
En su construcción recurrieron a la más avanzada tecnología en el mundo de las obras públicas: láser, GPS, traductores, encofrados autogrimpants, recubiertos específicos, concretos de alto rendimiento y materiales innovadores. Un conjunto de instrumentos para el éxito de una obra de ingeniería fuera de lo común.

Cerca de 3.000 personas trabajaron en este proyecto; la exactitud, precisión y profesionalismo fueron los lemas de este equipo. El resultado final es un gesto estético de arquitectura y eficacia estructural que se funde con el respeto por el paisaje y el desarrollo sostenible.
Millau puede presumir de haber batido una plusmarca mundial: ninguna carretera circula tan despegada del suelo. Puntiagudo, fino y elegante, el viaducto está concebido para resistir, por esto su realización ha supuesto un asombroso reto técnico, estructural y arquitectónico

En cifras
Inversión: 320 millones de euros.
Altura: 343 metros (Torre Eiffel 320 m)
Longitud: 2,460 metros Anchura: 32 metros
Carriles: 2 para cada sentido
Espesor: 4,32 metros
Objetivo:acortar 100 km la ruta París-el Mediterráneo. Vida útil: 120 años

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